Niño obeso con un estetoscopio y fondo rosa

No lo tome a la ligera

La obesidad se define como una acumulación excesiva de grasa corporal que hará que el cuerpo de la persona sea aproximadamente un 20 % más pesado que su peso corporal ideal. Por lo que aquellas personas cuyo peso está por encima de lo que se considera su rango ideal, se definen como con sobrepeso. La obesidad es un trastorno alimentario común que se asocia con los adolescentes de nuestros tiempos. Estudios recientes han sacado a luz que la glotonería es otra adicción, y que las personas felices y con menos problemas en la vida, son las que no padecen de este tipo de trastorno.

Aunque los adolescentes pueden tener menos problemas de salud relacionados con el peso que los adultos, es mucho más probable que los adolescentes que tienen sobrepeso ahora tengan sobrepeso cuando sean adultos. Conste que no estoy diciendo que no tendrán problemas, sólo que no tendrán tantos como los adultos, pero aún así pueden sufrir de cáncer, diabetes tipo 2, síndrome metabólico, infartos, etc.

Los adolescentes que tienen sobrepeso (de hecho, las personas de todas las edades que tienen sobrepeso) corren el riesgo de sufrir varios problemas de salud diferentes, y estos incluyen:

1. Enfermedades del corazón

2. Diabetes

3. Presión arterial alta

4. Infarto

5. Algunas formas de cáncer

Los adolescentes que son obesos pueden descubrir que no solo no están en buena forma física, sino que su bienestar y su autoestima también suelen ser muy bajo. Muchas personas obesas también tenderán a tener una esperanza de vida más corta que aquellas que tienen el peso adecuado para su tamaño corporal.

El sufrimiento que causa vivir en una sociedad obsesionada con la delgadez, puede ser el causante directo del cáncer y otros problemas relacionados, más que con la obesidad misma.

Además, también puede provocar discapacidades sociales e infelicidad, lo que a su vez puede causarles estrés y, en algunos casos, también puede causarles enfermedades mentales.

Así que si sus niños o adolescentes están o van en camino a padecer obesidad (un IMC mayor a 30), tome las riendas del asunto con bastante energía y cambien sus hábitos de vida.  No basta con sermonearlos, con ese tono de voz tan irritante y machacón, sino hay que comenzar por uno mismo y ver si nosotros como padres no somos el origen del problema